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Cuando tu entrenador se convierte en un segundo padre

Cuando tu entrenador se convierte en un segundo padre

REDACCIÓN MEXATLETHICS

Las palabras más fuertes, las que calan en el orgullo porque suelen no tener eufemismos ni estar escritas a medias tintas son las que manifiestan los entrenadores.

Porque son ellos los que conocen si su atleta dio cuanto tenía y podía.

Porque son ellos los que vivieron, a la par de su atleta, cada día de práctica, cada entrenamiento, cada jornada de campamento y todas las problemáticas que conlleva el deporte de alto rendimiento.

Pero los coaches son también aquellas personas que, con sus palabras, apoyo y ejemplo, suelen aleccionar a los atletas, motivarlos y encaminarlos hasta que estos logren lo que su mente y corazón ha estipulado como una meta.

Todo esto lo conoce a la perfección Coset Lavariega Toledo, judoca con amplia experiencia a nivel regional y con trayectoria en Olimpiada Nacional, quien contó para Mexatlethics lo valioso que ha sido para su carrera deportiva el impulso de Lenin Velasco, su entrenador y quien creyó en ella cuando nadie más lo hizo.

“Nací en Oaxaca y aunque al principio entrené taekwondo, en algún momento, por suerte, comencé en el judo y desde momento a la fecha ya han pasado seis años.

Al principio me decían muchas cosas negativas, entre ellas, que yo no podría nunca destacar porque no tenía la estatura ni el físico y tampoco un lugar de nacimiento donde hubieran salido muchos deportistas exitosos.

Eso te pesa y te cuestionas si ocurrirá lo que la gente dice, pero afortunadamente en mi vida me encontré con Lenin Velasco, quien es mi entrenador y la única persona del medio que siempre creyó en mí cuando nadie más lo hizo.

En estos seis años han pasado muchas cosas como competencias, viajes, triunfos y derrotas, pero el apoyo y la motivación para crecer siempre ha estado allí así que el profesor Lenin es una especie de segundo padre para mí”.

Las palabras de su coach la han llevado a creer en sí misma, a retar y superar a sus rivales, que, en algunos casos, la han menospreciado por ser la competidora de más baja estatura en torneos nacionales de judo.

“Mido 1.57 y compito en la categoría -63 kilogramos Junior y ahí, casi siempre, me toca enfrentar a judocas de 1.75 o incluso 1.80 metros, pero yo voy a competir y si la gente no cree en mí o sí las competidoras me menosprecian, eso es tema a parte porque yo voy a ganar y a demostrarme que puedo llegar tan alto como quiera”, apuntó la oaxaqueña Coset Lavariega Toledo, quien se declaró seguidora de las trayectorias de Luz Olvera y Edna Carrillo.