POR OMAR RODRÍGUEZ
No importa si es tarde o es noche. No importa tampoco que el día de trabajo haya sido extenuante. No importan los inconvenientes o contratiempos puesto que, siempre que juega en Puebla, su estado natal, Sandra y Francisco acuden a los gimnasios para ver sobre la duela a su hijo, el destacado basquetbolista Daniel Montiel.
Mientras Daniel calienta en la cancha y escucha las últimas indicaciones del coach Manuel Ordaz, Sandra y Francisco, en las gradas, esperan con ansias el momento en que, estentóreo, se escuche el silbatazo inicial.
Ellos, desde hace ya varios años, han seguido de cerca la trayectoria de su hijo. Ellos, no podía ser de otra forma, han estado con él en las buenas y en las malas, en los triunfos y en las derrotas, en los cambios, en la evolución, tal y como se puede calificar al momento que hoy vive Daniel, quien desde hace poco más de un semestre forma parte de los Halcones de la Inter.
Pero todo lo que vale, obviamente, siempre cuesta. Y, por ello, la valiosa trayectoria de Daniel Montiel en el basquetbol colegial no es producto de la suerte ni tampoco de un hecho sorpresivo, sino de mucho esfuerzo, de trabajo y dedicación, condiciones de las que sus papás han sido testigos y, por supuesto, también partícipes.
En entrevista para Mexatlethics, Sandra Hernández, mamá del jugador de la Inter, expresó su sentir con relación al recuento de los años que su hijo lleva ligado al basquetbol, disciplina que ahora lo mantiene en Puebla, pero en otra institución: la Inter.
“Estamos contentos de ver que nuevamente se integró a un equipo. El basquetbol es algo que le gusta y qué mejor que esté de vuelta con los Halcones. Él empezó desde muy niño y la verdad es que han sido muchos sacrificios el estar en la escuela y estar también entrenando. Hubo un tiempo en que todo esto le llevó a alejarse un poquito de la familia, pero estar jugando le ha ayudado mucho y eso nos da mucha alegría porque los resultados están ahí y él sigue jugando”.
Por otra parte, Francisco Montiel, quien siempre que se refiere a Daniel muestra una sonrisa, detalló lo que representó para su hijo y familia cambiar de aires y pasar de representar a los Aztecas a ser hoy en día jugador de los Halcones.
“Implica muchas situaciones como seguirlo o acompañarlo y el estar pendiente de sus estudios; son muchas situaciones que tienen que ver con un estudiante deportista, las cuales a veces son complicadas afrontarlas como familia. Nosotros tratamos de estar con él y acompañarlo lo más que se pueda, aunque a veces sea un poco difícil. Él tenía un poco esa incertidumbre respecto a cómo lo iba a recibir su nuevo equipo después de jugar con Aztecas, sin embargo, llegar a la Inter fue la mejor decisión porque lo recibieron de maravilla y tanto él como nosotros estamos muy contentos”, finalizó.
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