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Entrevista con Pamela Martínez Ficachi

Entrevista con Pamela Martínez Ficachi

Ser estudiante-deportista, aunque resulta gratificante, es algo que no está exento de momentos de dolor, desesperación, presión, depresión y nerviosismo extremo, pues “tienes que rendir tanto en la escuela como en la cancha”.

Sin embargo, el éxito de un estudiante-deportista tiene mucho que ver con la mentalidad con la que se afronten los retos, pero también con el apoyo de un conjunto de maravillosas personas llamado familia.

Y es que sin el apoyo de los padres, hermanos y demás familiares el proyecto de conseguir campeonatos, marcas y un título universitario no siempre se podría llevar a cabo.

Pamela Martínez Ficachi, ex jugadora de Universidad Madero, doble campeona nacional tanto en el circuito de ascenso de Conadeip y como en División 1 de Liga ABE, así como seleccionada mexicana en la Universiada Mundial de Corea, contó para Mexatlethics a qué nivel fue determinante su familia para lograr todos los éxitos que obtuvo en el deporte estudiantil.

“Mis papás son Rosaura Ficachi y Beto Martínez y el primer recuerdo que tengo de ellos con algo ligado al deporte es cuando me seleccionaron para jugar la Liga Nike, que fue mi primer logro en el basquetbol y eso fue algo que nos puso felices”.

En la víspera de su ingreso a la vida universitaria, a Pamela Martínez Ficachi le llegó el momento de tomar decisiones importantes como: Qué estudiar, dónde estudiar y qué ciudad sería la mejor para vivir su etapa como estudiante-deportista.

En todas estas decisiones estuvieron presentes los consejos de sus padres, quienes le dieron toda la confianza para comenzar una vida prácticamente independiente y cimentada en el binomio deporte-escuela.

“Fue un proceso padre porque sabíamos el objetivo por el que me iba a vivir a Puebla y siempre me dejaron en claro que la pelota era el medio para lograr lo que queríamos.

El consejo principal que me dieron es ‘No hagas cosas buenas que parezcan malas’ y afortunadamente siempre tuve mucha comunicación con los dos así que a donde yo fuera sabían en dónde estaba”.

Momentos difíciles siempre hubo en la carrera deportiva de Pamela Martínez Ficachi como aquel par de lesiones que le costaron perder mismo número de temporadas, sin embargo, los buenos momentos siempre fueron mayoría y entre ellos se encuentran un Campeonato Nacional de ascenso en Conadeip y el Campeonato Nacional de la División 1 de la Liga ABE, mismos a los que se suma su participación en la Universiada Mundial de Corea.

“Ellos estuvieron en todos los momentos buenos y malos. Cuando me operaron, mi mamá estuvo conmigo en Puebla. Durante el campeonato de Conadeip mis papás estuvieron en la final e incluso mi padre quería hasta meterse a la cancha por unas marcaciones extrañas. En la Liga ABE también tuve su apoyo en Aguascalientes y, finalmente, cuando se presentó el viaje a Universiada Mundial pude convivir con ellos en una escala en México. Ellos fueron importantes en todo este proceso y hoy, que estamos en contingencia, ellos en Ciudad de México y yo en Chetumal, nos mantenemos en contacto los fines de semana”.

LA ANÉCDOTA

Los basquetbolistas bien saben que parte fundamental para tener un buen desempeño en la duela es la acertada elección de los tenis, objeto funcional, pero también, por sus espectaculares diseños, ornamental.

Sobre este tema, Pamela recuerda una anécdota.

“Afortunadamente mi papá siempre me cumplió mis caprichos en cuanto a tenis. La verdad es que era un lío comprarlos porque mi papá se desesperaba mucho porque yo era muy indecisa y terminaba por probarme mil pares y esto realmente lo estresaba”.

 

PRESENTE

Tras graduarse de la Licenciatura en Imagen y Relaciones Públicas y vivir en Puebla durante seis años, Pamela Martínez jugó a nivel profesional con Lobas de Aguascalientes.

Además de esa intervención en el basquetbol profesional, Pamela tuvo estadías en Pachuca, su natal Ciudad de México y hoy en Chetumal, sitio donde espera quedarse mucho tiempo.