Omar Javier
Por Omar Rodríguez
El último Puebla protagonista de la Liga MX fue el que disputó el Clausura 2009.
Más tarde, el equipo alcanzó dos liguillas y también consiguió una Copa, sin embargo, aquella escuadra animó en serio la temporada regular y también la fiesta grande, pues primero evitó el descenso y después, ingresando como caballo negro a la contienda por el título, se quedó a un suspiro de acceder a una final, misma que habría representado la cuarta en su historia.
La Franja de esa temporada fue dirigida por Chelís y estuvo integrada por elementos a los que su técnico exprimió hasta la última gota de esfuerzo.
Entre los camoteros que formaron parte de ese plantel se hallaban hombres de experiencia como Duilio Davino y Daniel Osorno, quienes eran respaldados por extranjeros que tuvieron un gran año, tales fueron los casos de los charrúas Álvaro González y Alejandro Acosta.
Ahora, a casi once años de distancia, es precisamente el “Pelado” Acosta quien hizo un recuento de las razones que provocaron que ese Puebla, en sus palabras, fuera un equipo temido.
“De nuestro equipo se dijo que era un grupo de jugadores que ya no tenían mucho tiempo de carrera y eso fue algo que nos convirtió en un equipo sólido y unido porque queríamos sacar el reto adelante para demostrarle a toda la gente que no éramos elementos para el retiro.
Cuando vieron que no éramos un rival que se dejaba vencer fácilmente yo creo que todos los equipos nos empezaron a mirar de otra forma y nos empezaron a tener un poco de miedo al momento de enfrentarnos.
Por supuesto que perdimos partidos, pero nosotros nos entregamos al máximo para sacar al equipo adelante”.
Acosta destacó la labor de José Luis Sánchez Solá, pues consideró que el técnico y ahora comentarista contagió a los jugadores de su amor por el escudo, los colores y la camiseta del Puebla.
“Teníamos un buen cuerpo técnico con Chelís a la cabeza, quien fue muy importante porque nos motivó desde los entrenamientos y en cada partido a dejar la vida por el equipo que tanto quería. Él tenía amor y cariño por esa camiseta y a final de cuentas esos sentimientos nos los transmitió”.
Puebla fue un animador de la liguilla del Clausura 2009 puesto que, tras superar a Monterrey en la primera ronda, retó de gran forma a Pumas en la semifinal, de tal manera que los camoteros habrían avanzado al partido por el título de no ser por Darío Verón y su gol de último minuto.
Alejandro Acosta recordó esa liguilla y aseguró que Puebla tenía el corazón para ser campeón.
“En aquella época no nos importaba jugar de visitante y pararnos de tú a tú contra cualquier rival. Nos tocó perder, pero a cada equipo lo complicamos al máximo.
Nos quedamos muy cerca de llegar a esa final y yo creo que, si los partidos anteriores los jugamos muy bien, en el partido por el título íbamos a jugar con el doble de ganas y motivación.
Teníamos el corazón para ser campeones y estoy seguro que de llegar a esa final habríamos llenado el Cuauhtémoc como lo hicimos toda esa liguilla”.
Finalmente, Acosta comentó cómo percibe a la distancia aquella temporada y si esa liguilla mostró al último Puebla competitivo.
“Yo puedo hablar por lo que viví en el club y no puedo hablar del Puebla de antes o del que vino después, pero si vemos hasta dónde llegó ese equipo del 2009 podemos decir que es uno de los mejores en los últimos años.
Si vemos para adelante creo que es el que ha llegado más lejos en la liguilla por el campeonato.
Sé que hace unos años ganó un torneo de Copa, pero cuando yo estuve no se jugaba y no sé a qué se le dé más valor si a una Liga o al otro torneo”, señaló Acosta, quien hoy, ya retirado y a la espera de encontrar una oportunidad como director técnico se encuentra laborando en un negocio de herrería.
