POR OMAR RODÍGUEZ
En junio de 2008 los camoteros sudaban copiosamente mientras trabajaban en la arena y veían, de fondo, el ir y venir de las olas de Acapulco, Guerrero.
La Franja era dirigida por José Luis Sánchez Solá, técnico que, tras ganar el ascenso con el equipo de sus amores, ahora pretendía mantener al Puebla en la Primera División.
Las finanzas del club no eran las mejores, sin embargo, a sabiendas de que se tenía que hacer más con menos, se decidió contratar a un jugador con una indiscutible técnica, con características futbolísticas que a cualquiera le gustaría tener en su equipo, pero que, por desgracia para él y para los conjuntos en los que militó, nunca explotó porque su intermitencia, su irregularidad y su displicencia para afrontar compromisos lo llevó a ser uno más, nada para destacar.
Este jugador del que escribo es el uruguayo Richard Núñez. El jugador nacido en Montevideo, que pasó por el futbol suizo y el español, en donde vistió la camiseta del Atlético de Madrid, llegó a México en 2005 para jugar con Cruz Azul. Su debut en este país fue espectacular porque le anotó cuatro goles a los Tecos en su primer partido como cementero. Richard, tras una campaña irregular, fue cedido a Pachuca, conjunto con el que levantó el título de liga. Ya como campeón, Richard Núñez fue venido a las Águilas del América, sin embargo, como emplumado tuvo destellos, algunos partidos buenos, pero no más.
Cansada de esperar que Richard Núñez rindiera en la cancha lo que se pagó por él, la directiva americanista, que en ese entonces contaba con la vicepresidencia de Yon de Luisa, decidió transferirlo a Puebla en junio de 2008.
Sin embargo, Puebla y Chelís jamás vieron llegar a Richard Núñez con sus maletas a la sede acapulqueña de la pretemporada. Y es que él se negó a venir al cuadro camotero, mismo al que minimizó. De tal magnitud fue el rechazo de Richard Núñez a Puebla que, por increíble que parezca, prefirió parar seis meses para solucionar su problema contractual con América que venir a jugar con la oncena de la Angelópolis. Al final, tras una disputa, Richard Núñez se fue de México para no volver.
Él, en su momento, mencionó al respecto: «La postura que había tomado Yon De Luisa de querer que me fuera, que no me iban a respetar el contrato, que no me iban a pagar el sueldo y que después salgan a decir que no me presenté eso no se hace, yo nunca falté a ningún entrenamiento porque no haya querido en los años que estuve”.
Richard, agregó sobre su negativa de ser parte de Puebla: «De Luisa me dijo que ya estaba hecho (mi traspaso a Puebla), y como se estaba manejando Puebla era totalmente diferente a lo que era mi contrato. Como que había algo armado para que yo no fuera a Puebla y sacarme de América, entonces como que el irresponsable era yo”.