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Luis Barbosa: “Siempre supe que tenía sangre de entrenador”

Luis Barbosa: “Siempre supe que tenía sangre de entrenador”

POR OMAR RODRÍGUEZ

Cuando las gotas del rocío nocturno aún no se evaporan y posan sobre el pasto y la hierba, Luis Barbosa sale de casa para entrenar a su equipo de boxeo.

Las lámparas de la vía pública alumbran lo que la luna, ya en su ocaso, se niega a iluminar.

Ya llegará el día en que esas luces se cuenten por cientos y miles en una función de gran magnitud, ya sea en un auditorio o bien, en una mítica arena.

Pero el camino del boxeo no es de esperar como suele suceder con el round de estudio.

Por el contrario, el camino del boxeo debe ser recorrido con pasión, trabajo y compromiso.

Luis Barbosa, originario de Salina Cruz, Oaxaca y quien se encuentra a punto de cumplir su tercer año de estadía en Puebla, reconoce que la labor de entrenador de boxeo es tan apasionante que los retos que van apareciendo, lejos de ser vistos como impedimentos, son asumidos como desafíos para superar.

“Yo empecé en el boxeo con Hilario Acosta, quien es un mánager muy reconocido en Oaxaca. Como peleador tuve un camino en torneos amateur y eventos como Olimpiada Nacional, pero la verdad es que no llegué al profesional, sin embargo, yo sabía que mi camino era otro porque lo que siempre me llamó la atención fue transmitir conocimiento. Yo siempre supe que sería entrenador”.

Luis Barbosa, entrenador y también licenciado en Educación Física y Ciencias del Deporte por el Instituto de Estudios Superiores Alfred Nobel del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca comenzó su trayectoria como guía de nuevas generaciones en 2014 cuando, de manera oficial, adquirió responsabilidades con diversos selectivos de Oaxaca.

“Del 2014 al 2017 dirigí a la Selección de Salina Cruz y en ese mismo periodo formé parte del colectivo de entrenadores de la Selección de Oaxaca. En esa etapa me formé con el apoyo de muchas personas y entre ellas Elmer Parra”.

Tras formarse en Oaxaca, en 2017 Luis Barbosa decidió hacer maletas, guardar en ellas sueños y metas, y cambiar su lugar de residencia.

“A finales de ese año me fui para Puebla porque quería buscar nuevas oportunidades. El primer año fue complicado, pero conocí a César Augusto Cabañas, quien es una eminencia a nivel nacional en la metodología y quien se convirtió en mi mentor. Hoy tengo un equipo y estoy trabajando para darle a Puebla y la región muchos campeones”.