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México en la Copa Oro: realidad o espejismo

POR LISETH ZAVALETA

Mucho comentamos la salida de Diego Cocca. Mucho se dijo y quizá se dirá de este proceso cortísimo de la Selección Mexicana. Sin embargo, momento es para darle la vuelta a la página y comenzar a diseccionar el nuevo proyecto del Tri: la gestión de Jaime Lozano.
Tras la salida del argentino Cocca, rápidamente designaron a Jaime Lozano como entrenador de la selección; Lozano no convencía a la afición y mucho menos de cara a la Copa Oro, pues la convocatoria para este torneo ya había sido lanzada por su antecesor.
La selección azteca llegó con muchas dudas a la Copa Oro; después de su trágico desempeño en la Liga de Naciones, México sumó triunfos importantes y, a pesar de que perdió con Qatar, mostró una clara mejoría con relación a su pasado inmediato.
La participación del Tricolor en la Copa Oro —la cual se celebra cada dos años y en la que Estados Unidos es sede— se le reconoce por llevarse a cabo en estadios modernos, en perfectas condiciones, que favorecen y enriquecen el escenario del balompié con su diversidad cultural y sus múltiples aficionados de todas partes del mundo, quienes llenan los inmuebles para ser testigos de este gran acontecimiento.
Además de ser una de las copas más importantes para el continente, cabe mencionar que se puede apreciar mucho más la rivalidad entre Estados Unidos y México pues hasta el momento, la selección azteca encabeza la lista con ocho triunfos, seguida con siete por la selección estadounidense. ¿No se puede esperar menos del Tricolor o sí?
A pesar de su gran debut, logrando el campeonato en la Copa Oro, no queda más que retomar la esperanza y la fe; no está de más dejar en tela de juicio la decisión de Jaime Lozano, pues para ser su primer torneo dirigiendo a la selección mayor no estuvo mal; a lo mejor fue suerte, a lo mejor solamente el equipo necesitaba un toque de motivación o tal vez una buena estrategia, pero Lozano tendrá una labor y esa es devolver el nivel y la confianza en cada uno de los jugadores.
Al Tricolor siempre se le ha reconocido por ser una de las potencias futbolísticas de Norteamérica, ¿Por qué no ser reconocido ante el mundo? Como bien dicen por ahí, Jaime Lozano llegó a arreglar lo que Cocca desarregló, y recuperó las sonrisas y aplausos de los aficionados.
Pues solo nos queda esperar que el Tricolor siga sumando a lo largo de los enfrentamientos, y que no solo sea un golpe de suerte o algo por el estilo, que este cambio en su entrenador traiga con ello los triunfos esperados.